Parece mentira, pero ya ha pasado casi un mes desde que llegamos a tierras irlandesas. Compartir vivencias, vivir el día a día de manera intensa, aprender no sólo el idioma, sino las costumbres más cotidianas y más asentadas en este país, han hecho de esta experiencia algo genuino. Nuestros alumnos han estado trabajando y divirtiéndose a partes iguales. Han vivido con las familias y el internado momentos únicos y han aprendido también (en muchos casos) a manejarse por sí mismos, en el proceso natural de maduración. Esperamos que hayan estado a gusto y que el año que viene podamos volver a vernos para seguir progresando en el aprendizaje del idioma. ¡Hasta el año que viene!